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EL BLOG DE UN LIBERTARIO

DE AQUELLO POLVOS... ESTOS LODOS

En un interesante y necesario artículo publicado hoy en El País, Manuel Ramírez se lamenta del estado actual de la política española, escindida en dos grandes bloques enfrentados a cara de perro. No es el primero: en términos parecidos he leído textos de Miguel Ángel Aguilar y Rosa Montero, todos ellos en la prensa de izquierdas, por supuesto (para la derecha, sólo hay un partido legítimo: el suyo, mientras que los de los demás se reducirían a la categoría de logias conspiradoras). El bipartidismo estrangula la necesaria creatividad de la sociedad civil. No es extraño que el único fenómeno innovador surgido en España desde los años de la Transición sea el de las ONG: el único modo en que los jóvenes han sabido ejercer su iniciativa política ha sido desplegado lejos de (e incluso contra) los foros de representación instituidos. Por desgracia, el bipartidismo no tiene un fin próximo pues su origen es remoto: se remonta, como mínimo, a la Constitución de 1812, y se perpetúa en forma de desgarro nacional entre liberales y conservadores, progresistas y reaccionarios... demócratas y autoritarios. La dictadura franquista abortó el parto de un incipiente polipartidismo (el Caudillo abominó siempre de la pluralidad asociativa), y de aquellos polvos secos y esquemáticos, donde todo el que no estaba con uno estaba contra él, se derivan estos lodos que ahora emponzoñan nuestra charca particular. Las dos Españas, de nuevo y como siempre, sofocan cualquier atisbo de matiz ideológico e intelectual, abocándonos a todos a una toma de partido que, no por menos necesaria, acaba resultando desastrosa para la propia convivencia civil. Y quien esté libre de culpa, que venga y ponga la primera piedra para erigir nuevas opciones.

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