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EL BLOG DE UN LIBERTARIO

HABLANDO CON SIMIOS

Estoy escuchando en directo la intervención del Presidente del Gobierno en el Senado, a propósito de la Ley Orgánica de Educación en trámite de aprobación y enmienda. 

Mientras el Presidente expone sus argumentos, acertados o equivocados, los senadores del Partido Popular gritan, aúllan, le impiden continuar. ¿Qué dice el Presidente que merezca semejantes reacciones, entre bestiales e infrahumanas? Nada del otro mundo: lo que ya sabemos, cuatro frases sobre su política educativa, en fin, nada que merezca que sus interlocutores se degraden públicamente, y degraden la propia actividad parlamentaria.

Se me ocurre que, en realidad, a los derechistas no le interesa tanto lo que dice el Presidente sino aparecer muy soliviantados ante los espectadores del Telediario. Su estrategia es la siguiente:

a)  no escuchar a los demás

b) si escuchan, no querer entender

c)  si quieren entender, interpretarles mal

d) si les interpretan correctamente, no admitirlo en público

e) si lo admiten en público, hacer caso omiso del contenido del mensaje

f)  si atienden al contenido del mensaje, prescindir de él

g) si no prescinden de él, transmitirlo deformado

h)  si no lo transmiten deformado, tratar de ridiculizarlo hasta el absurdo...


Parece evidente que, en todos los temas (desde la guerra de Irak a la autoría del 11-M, pasando por la política educativa, la religión católica, el debate territorial, el terrorismo, etc.), los derechistas han decidido no comunicarse con nadie: primero, negando la existencia de la legitimidad del interlocutor; y después, tratando de ahogar los mensajes de éste en un maremágnum de emisiones guturales que bloqueen cualquier tipo de debate.

Ante este panorama, tratar de consensuar cualquier tema con los derechistas tiene la misma posibilidad de éxito que intentar de comunicarse con un simio de la selva africana.

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