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EL BLOG DE UN LIBERTARIO

FORMAS DE MENTIR

Hay muchas formas de mentir: decir que se sabe lo que no se sabe, decir lo contrario de lo que se sabe y, tal vez la más perversa de todas ellas, afirmar una cosa y negarla al mismo tiempo, en función de quién diga lo que hace y haga lo que dice.

Ejemplos de mendacidad, en la derecha española, abundan en la última década. Vamos a conmemorar algunos de los más palmarios: 

1. Decir que se sabe lo que no se sabe.

a) José María Aznar afirma, en una entrevista concedida a TVE, que “Irak tiene armas de destrucción masiva”. Según se supo después,  Aznar no sabía lo que decía, porque no podía saber que había lo que no se sabía que había. Pero dijo lo contrario de lo que debió decir, que no sabía si había o no había armas de destrucción masiva en Irak. A eso, en román paladino, le llamo mentir.

b) En las sucesivas comparecencias que protagoniza ante la prensa tras el atentado del 11-M, Ángel Acebes, por aquel entonces Ministro del Interior, declara una y otra vez que la responsabilidad del atentado cabía imputarla a ETA, sin tener ningún dato sobre tal implicación. Es más, a día de hoy las investigaciones judiciales siguen descartando tal hipótesis. Decir que hay lo que no se sabe que hay: mentir.

2. Decir lo contrario de lo que se sabe.

a) En el pleno del Congreso de los Diputados, Mariano Rajoy declara que “la decisión de alejar el Prestige de las costas gallegas la adoptaron los técnicos del Ministerio de Fomento, no los políticos. La aparición de unas cintas permitió comprobar, años después, que Rajoy mentía, pues quienes ordenaron la maniobra que llevó el barco a pique fueron cargos políticos del Partido Popular, y no quienes se dijo que lo habían ordenado. Eso, en mi pueblo, es mentir, y a sabiendas.

b) Federico Trillo, en sus alocuciones públicas acerca del incidente, imputa la responsabilidad del accidente del Yak-42 a múltiples factores, ocultando el verdadero: la negligencia profesional, el descuido administrativo y la chapuza institucional de quienes participaron, de un modo un otro, en la gestión del episodio. Mintió, y sabía que lo hacía.

 

3. Afirmar y negar al mismo tiempo.

Según el “principio de no contradicción” aristotélico, base elemental de la lógica que rige el pensamiento en Occidente, no se puede al mismo tiempo afirmar y negar la misma cosa. “A es A y B es B”: he aquí una proposición correcta. “A es A para mí, y B para ti”: he aquí una proposición falsa, o sea, una mentira completa. Pues bien: la derecha se está hinchando, en lo que llevamos de legislatura socialista, de infringir tal axioma del discurso lógico. Veamos por qué digo lo que digo (sabiendo que lo digo, y diciéndolo).

a) El PP acusa al PSOE de hincarse de rodillas ante la banda terrorista de ETA por especular con la posibilidad de iniciar un proceso de paz, cuando en 1998 Aznar envió a sus emisarios a Suiza para tratar de negociar con los etarras el abandono de las armas.

b) El PP acusa al PSOE de incrementar el potencial militar de Venezuela al venderle unas patrulleras costeras y unos aviones de carga, cuando el Gobierno popular cerró con Chávez un acuerdo comercial por el que le surtió de chalecos antibalas, pistolas y granadas.

c) El PP acusa al PSOE de expoliar el Museo de Salamanca al devolver a sus legítimos propietarios unos documentos robados por las tropas de Franco, cuando a lo largo de la Dictadura salieron del mismo centenares de papeles reclamados, entre otros, por la Iglesia Católica y numerosas entidades afines al Régimen.

d) El PP acusa al Parlament de Catalunya de reinstaurar la censura tras aprobar éste la implantación de un Consejo Audiovisual que velará por la “veracidad” de la información facilitada por los medios, cuando la Camara de la Comunidad de Madrid aprobó en 2001 la regulación de un Consejo análogo dotado, además, de las mismas facultades administrativas.

e) El PP acusa al PSOE de llevar a cabo una “purga” de cargos afines a la derecha en TVE, cuando la política de personal observada por el actual equipo del Ente no difiere en nada del que, en su momento, siguió el que nombró el Gobierno popular, es decir: otorgar los cargos de confianza a personas próximas a la dirección, y sacar el resto a concurso-oposición.

f)  El PP acusa al PSOE de haber privado a España de los Fondos de Cohesión europeos, cuando el propio Aznar afirmó en su momento que nuestro país debería dejar de recibirlos en 2005, ya que nuestro nivel de renta superaría el establecido por las normas comunitarias y debería convertirse en contribuyente neto. Por cierto: Zapatero logró prorrogar la percepción de dichos fondos hasta 2013.

g) El PP acusa al Gobierno gallego, en manos de PSOE-BNG, de tratar de introducir en su proyecto de reforma de Estatuto un artículo “nazi”, según el cual Galicia podría autorizar la incorporación a su territorio de aquellos municipios de otras Comunidades que así lo solicitaran. Pues bien: en el Estatuto de Castilla-León, en manos del PP, figura un artículo en el mismo sentido, y nadie se rasgó las vestiduras por ello.

En fin, la lista es interminable, y seguirá creciendo: pues, cuando uno se lo permite todo, mientras le niega al adversario el pan y la sal, carece de límite alguno para mentir a sabiendas.

Eso es lo que nos queda soportar en los próximos meses: más mentiras, más desinformación, más tendenciosidad y menos diálogo, intercambio leal de ideas y voluntad de acuerdo. 

¡Suerte que, en este país, los ciudadanos tenemos buena memoria y, cuando ésta flaquea, contamos con unas bien provistas hemerotecas para contraponer la verdad a la mentira, la transparencia a la opacidad, la honestidad a la malicia!

Y es que el precio de la mentira es siempre el mismo: la pérdida del poder y el paso a la oposición… o la subsistencia en ella durante un largo período de tiempo.

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