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EL BLOG DE UN LIBERTARIO

SECTARISMO

En su intervención durante el pasado Debate sobre el Estado de la Nación, Mariano Rajoy lanzó una proclama que ha venido propagando últimamente la derecha española a diestro y siniestro: acusó a Zapatero de “sembrar las calles de sectarismo”.

Perplejo me quedé, al escucharle. Primero, porque yo voy andando por las calles y lo único que veo sembrado (y crecido) son los naranjos, las acacias y los jacarandás. Pero es que, además, no sé a qué se refiere con ese palabro. “Sectarismo”, ¿qué será?

Supongo que sectario es aquel que se encierra en su propio grupete, más o menos homogéneo, cultiva una ideología cerril y excluyente, practica el culto a un líder carismático y destruye la personalidad de sus miembros.

¿Es sectario el PSOE aquí y ahora, en la España del 2005? Véamoslo:

- es difícil considerar al socialismo actual como una ideología uniforme, si en su seno se oyen voces tan discordantes como la de Maragall y la de Bono o Rodríguez Ibarra en temas tan centrales como el modelo de Estado o la financiación autonómica;

- a duras penas podríamos admitir que el PSOE se encierra a cal y canto en sus propios planteamientos, pues en la presente legislatura ha pactado en numerosas ocasiones con los demás grupos parlamentarios (incluido el PP, caso de la Ley contra la Violencia Integral), no sólo con ERC e IU;

- tal vez ZP goce ahora mismo de predicamento entre las filas del PSOE, pero no creo que pueda jactarse (aún) de arrastrar a masas enfervorizadas de incondicionales, como sí hizo (y hace) José María Aznar;

- tampoco es de recibo la idea de que el PSOE combata la manifestación individual de sus miembros, en repetidas ocasiones discrepante entre sí, lo cual le ha valido que el PP le acusara de “carecer de proyecto común” ().

Así las cosas, ¿puede calificarse al PSOE de sectario? No, no es posible hacerlo sin faltar a la verdad. Sin embargo, ¿hay datos que permitan tachar al Partido Popular de comportarse como tal?

- con frecuencia inusitada, vota en contra del resto del Congreso, incluso en temas que merecen el consenso de la Cámara (como la moción de condena de la persecución de los homosexuales durante la Dictadura);

- mantiene en solitario unos postulados que los hechos se empeñan en desmentir, como la autoría del 11-M o la legitimidad de la invasión de Irak;

- muestra una, ejem, solidez interna (por no llamar unanimidad) que Juan Cobo, número dos del Ayuntamiento de Madrid, ha tachado de “talibán”;

- practica el culto incondicionado al gurú Aznar, hasta el punto de que es difícil admitir que no siga hablando, cual ventrílocuo, por la boca de su muñeco Rajoy;

- para colmo de males, los seguidores más acérrimos del Partido Popular han mostrado en varias ocasiones en los últimos tiempos su temperamento violento, expulsando a José Bono de una manifestación pública o agrediendo a los asistentes a la presentación de un libro de Santos Juliá.

Vistos los hechos, más bien se diría que quien siembra las calles de un sectarismo furibundo y agresivo es la derecha. Y sólo llevamos un año de gobierno socialista....

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